Formosa, 16 de abril de 2024
El gobierno desmanteló el programa que era referente en América latina
Milei lo hizo. En cuatro meses de gobierno destruyó el programa más exitoso para reducir el embarazo no intencional en adolescentes de la historia Argentina.
El Plan ENIA logró bajar la tasa a nivel nacional en casi un 50 por ciento y es ejemplo en Latinoamérica. Sin embargo, en abril finalmente la Nación no renovó los contratos a más de seiscientos profesionales de la salud que trabajaban desde hace seis años en 12 provincias para brindar consejería en salud sexual en escuelas secundarias y espacios comunitarios y garantizar el acceso a métodos anticonceptivos de larga duración y a ILE/IVE en centros de salud.
El Plan ENIA se venía desarrollando en Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, Salta, Jujuy y provincia de Buenos Aires. Empezó en las jurisdicciones con indicadores más altos de embarazo en adolescentes.
No era un programa caro. Prevenir cada embarazo no intencional en adolescentes le costaba al Estado apenas unos 60 dólares al año.
“Es uno de los pocos ejemplos en Argentina de un plan diseñado con un presupuesto y con metas que demostró ser efectivo, al potenciar el descenso del embarazo en adolescentes y mejorar el acceso de esa franja etaria al sistema de salud no solo en casos de abuso sexual y embarazos forzados: el segundo motivo de consulta en las asesorías en salud adolescente que se abrieron en escuelas secundarias y centros de salud era salud mental. Era un ejemplo para la región”, destacó a Página 12 Fernando Zingman, exjefe del Área Salud de Unicef Argentina, y ex coordinador Nacional de Salud en Adolescentes del Ministerio de Salud. Zingman fue integrante del consejo consultivo del Plan ENIA.
“Ha tenido muy buenos resultados. Es muy preocupante que no continúe. Cuando algo funciona no hay por qué eliminarlo. Se puede corregir o mejorar si hace falta. Esperemos que continúe”, consideró a este diario Marisa Graham, defensora nacional de Niños, Niñas y Adolescentes.
El Plan se puso en marcha durante el gobierno de Mauricio Macri y continuó en la gestión de Alberto Fernández. Según evaluaciones de su impacto, permite ahorrar 0,16 por ciento del PBI si se contabilizan los costos asociados a la atención de una gestación y el parto en chicas de 10 a 19 años, y las contribuciones que se pierde el Estado porque estas mujeres –está estudiado y probado– terminan en menor proporción la escuela secundaria y en su adultez estarán más desempleadas que aquellas que no tienen hijos a edades tempranas, según el estudio Milena, realizado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
El desguace del Plan se concreta en un Gobierno que rechaza la Educación Sexual Integral y ataca permanentemente a la Ley de IVE y el derecho al aborto.