Femicidio. No hay un procedimiento uniforme, un protocolo definido y común, una sistematización de los casos atendidos

Formosa 18 de febrero de 2021

Mirna Palma fue asesinada por Carlos Medina, su expareja. Un policía retirado de comportamiento violento. La policía lo sabía. Cargaba con al menos una exposición que había realizado Mirna. Existen fiscalías, Juzgados, Línea de ayuda, pero no hay un procedimiento uniforme,  un protocolo definido y común, una sistematización de los casos atendidos. Además, no siempre existe contacto entre los organismos y los engorrosos trámites no logran ser más accesibles para que la víctima deje de ir de un lado a otro implorando que la atiendan mientras el agresor les respira cerca.

Todas estas cosas significan tiempo ganado para el agresor, son fallas burocráticas,  los agujeros por los que se cuelan los femicidios, aun cuando la víctima se haya decidido a exponerlo.

Todos tenemos tareas pendientes en la búsqueda de lograr el cambio cultural que erradique la violencia machista, que no opera en el vacío y habita en un contexto particular que lo exacerba. Es importante reconocerlo, los comunicadores, por ejemplo debemos ayudar desde nuestro lugar.

Para clarificar muchas cosas buscamos la opinión del Doctor Víctor Gabriel Cubilla (MP 3699)

Aquí su opinión

Parecería que nada ha cambiado a casi 11 años de la sanción de la Ley 26.485 de “Protección Integral a las Mujeres”, más conocida como ley de violencia de género.

Luego del aberrante homicidio de Ursula Bahillo, que puso (por enésima vez) al descubierto la desidia y apatía de muchos funcionarios y organismos del Estado en la protección eficaz de las mujeres víctimas de violencia, hoy se pone nuevamente en tela de juicio el rol del Estado (y de la propia víctima) en la prevención de los delitos de género. Nuestro suelo formoseño ha sido manchado con la sangre una nueva víctima: Mirna Elizabeth Palma, de 44 años de edad, docente, con muchos proyectos y sueños por delante. Pero, ¿por qué falló el sistema de protección?

Mucho se ha hablado en los medios acerca de que Mirna realizó exposiciones en sede policial y el Estado no hizo nada para protegerla. Y en este punto es necesario aclarar el alcance que puede tener ese acto: las exposiciones policiales son simples manifestaciones de quien expone, para dejar constancia escrita de un hecho, certificadas por la Policía. Fueron ideados para solucionar problemas “pequeños” entre vecinos y hechos que no constituyen delitos ni contravenciones. Por su propia naturaleza, las exposiciones no tienen la entidad suficiente para dar inicio a una investigación penal: una vez realizadas, son archivadas en la Comisaría. En algunas ocasiones, el exponente solicita que se le notifique a la otra parte (si la hay) el contenido de la exposición, y en ese caso se cita a esta persona para que haga su descargo. Pero todo queda ahí. No se notifica al Poder Judicial, ni a otros organismos (llámese OVI, Secretaría de la Mujer, Unidad de Asistencia a la Víctima y Testigos). Lisa y llanamente, no sirven para obtener protección por parte del Estado.

Por tal motivo siempre es recomendable efectuar una denuncia, porque es ella la que, de acuerdo con las leyes procesales, dará inicio a una investigación judicial y a la toma de medidas de protección por parte de los jueces. Pero, ¿Qué pasa si voy a la comisaría y no me quieren tomar la denuncia? ¿Qué hago si me dicen que tengo que hacer una simple exposición? Insista. La policía no tiene facultades para determinar si un hecho constituye un delito penal o no. Esa es función del fiscal y del juez. Y si en la Comisaría se mantienen con la postura negativa, tome nota de los datos de aquellos funcionarios que se niegan; porque si un policía no quiere tomar una denuncia, incurre en el delito de violación de los deberes de funcionario público.

¿Pero acaso esto significa que Mirna hizo mal las cosas? No necesariamente. Quizás ella fue a la Comisaria con intenciones de hacer una denuncia, y no se la tomaron porque el denunciado era un ex camarada. Nunca lo sabremos, lamentablemente. Y aunque haya solicitado expresamente realizar una exposición, al momento de escuchar su relato, el funcionario policial debió informar que el hecho, de ser configurativo de delito, debía correr por los carriles de una denuncia, y no de una exposición. Es una insensatez pretender que todas las personas deberían saber, ante un hecho concreto, si corresponde una denuncia o exposición. Para eso, se encuentran las personas “supuestamente” capacitadas, para asesorar a quienes no poseen esa capacitación.

Es necesario aclarar que las denuncias, en nuestro sistema procesal, también pueden ser realizadas ante el Ministerio Público Fiscal y ante el juez de turno. Pero la opción más cercana a la sociedad es recurrir a la policía, ya que es el primer estrato estatal al que se recurre por lógica, ya que tanto el Juez como el Ministerio Público Fiscal no poseen la inmediatez necesaria y/o conocida para poder intervenir en un primer momento. Por ello, en la gran mayoría de los casos, el correcto actuar de la Policía es indispensable para una adecuada protección.

El problema surge, además, con la falta de asignación de protocolos específicos y concretos en la actuación policial para casos de exposiciones por violencia de género, que por su naturaleza, difieren de otros. Si bien existe un “Protocolo de Atención para Víctimas de Violencia de Género”, aprobado por Acta N° 2997 del Superior Tribunal de Justicia, la misma es aplicable para casos de denuncias.

 Muchas cuestiones deben cambiar y mejorar, y ha comenzado a transitarse el camino, aunque lento; y ese tránsito hacia la mejora en el servicio de Justicia, no debe tolerar la falta de protección hacia quien la necesita. No debe tolerar más femicidios, ni abusos sexuales, ni ningún tipo de delito de género. Si usted tiene dudas sobre un hecho particular; si a usted le niegan tomarle la denuncia, consulte con un abogado de confianza. Pero no se quede con lo que le dicen.

Actúe y no se detenga hasta conseguir la ayuda que necesita.

 

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